Ana Villamil Icaza (1852–1916) fue una destacada compositora y educadora guayaquileña, reconocida por musicalizar la "Canción al 9 de Octubre", poema de José Joaquín de Olmedo que conmemora la independencia de Guayaquil. Su melodía fue adoptada oficialmente como el Himno de la ciudad en 1918, consolidando su legado en la identidad cultural guayaquileña. Además de su labor compositiva, Villamil Icaza impartió clases de música en escuelas municipales y ofrecía lecciones particulares de piano y canto, contribuyendo significativamente a la formación musical en la ciudad.
En el centro de Guayaquil, varios lugares están vinculados a su vida y legado. Su residencia, ubicada en las calles 10 de Agosto y Chimborazo, es considerada patrimonial y cuenta con una placa conmemorativa. Cerca de allí, en el Parque Seminario (también conocido como Parque de las Iguanas), se erige una escultura que la representa tocando el piano, inaugurada en 1966. Asimismo, se sabe que Villamil Icaza tocó el piano en las iglesias la Iglesia San Francisco y la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, situadas en el centro histórico de la ciudad. La calle 9 de Octubre, una de las principales arterias de Guayaquil, también está asociada a su legado, al ser el tema de su composición más emblemática.